¿En qué medida el
móvil nos hace libres o esclavos?
Esta es una cuestión bastante compleja a la hora de
resolverla, ya que depende de muchas cosas, pero principalmente de la actitud.
Comencemos con una simple definición: la libertad es sinónimo
de elección. Esto quiere decir, que una persona que no es capaz de decidir por
si misma, no es libre.
Constantemente tomamos decisiones importantes en nuestra vida.
Una decisión que parezca una tontería, puede que acabe cambiando
tu modo de vida por completo.
Un ejemplo puede ser decidir si quieres un refresco o un
batido, a la hora de tomar algo en un bar. O simplemente decidir si levantarte
e ir al colegio como de costumbre, o mentir diciendo que estás malo e
inventarte excusas e historietas para acabar incumpliendo las normas. Algo que
luego probablemente, tendrá su consecuencia. Por lo que las personas que van al
colegio lo hacen porque quieren, no porque les obliguen. Por mucho que te
insistan a hacer algo, si tú no quieres no lo haces. Esto es algo muy importante
a tener en cuenta, ya que todos tenemos libertad de elección o positiva.
Con todo esto quiero decir que el móvil no es lo que nos
hace ser o no libres, es la actitud que tienen las personas al hacer uso de
este dispositivo.
A continuación, desarrollaré la idea principal más detalladamente,
¿Por qué es la actitud lo importante respecto al uso de un dispositivo móvil?
Pues bien, como he dicho anteriormente, el móvil puede llegar
a ser el mejor invento, y el más útil, si se usa de manera adecuada. Con esto
quiero decir, que no es lo mismo estar 3 horas jugando a un videojuego o viendo
vídeos inadecuados, que estar 30 minutos hablando con un amigo o usándolo como
medio para la búsqueda de información en un trabajo.
Por una parte, nos hace ser libres, ya que nos facilita el
acceso a muchas cosas, como comunicarnos con amigos lejanos, búsqueda de información,
hacer fotos, escuchar música, … Y, además, sin ningún tipo de control ni restricción,
algo que nos hace ser libres, por una parte, al hacer lo que queramos con él. Pero,
por otra parte, nos hace estar presos ante la pantalla, ya que podemos estar
horas y horas jugando a un videojuego u hojeando algunas redes sociales, y no
nos damos ni cuenta de que se nos ha olvidado por completo estudiar, o dormir
las horas suficientes.
Lo que quiero decir con todo esto, es que somos libres o no
depende de la actitud que tengamos ante las cosas. En este caso, con el móvil.
Al final, uno siempre acaba teniendo sus consecuencias, y por mucho que mientas
y no te descubran tus padres o no te castiguen (aunque al final lo acaban haciendo).
Tú misma, te acabas sintiendo mal por tu actitud, por lo que acabas estableciéndote
tú tus propios límites. Y llegará un momento de tu vida en el que te arrepentirás
de haberte perdido tantas cosas por estar tan pegada al móvil y no haber
disfrutado de lo que te rodea. Para que veas que lo que estoy diciendo no es
una tontería , aquí tienes varios ejemplos:
- Las reuniones familiares o con amigos
- Un futuro mejor (haber estudiado)
- Un mejor rendimiento (haber dormido más)
- Una mejor relación con algunas personas (las horas que has empleado con el móvil, las podías haber empleado con ellas)
Para finalizar describiré una situación personal para que
podamos apreciar esto en un ejemplo. Yo tenía una amiga, la cual conocí en un campamento,
con la que me llevaba muy bien. Un día nos dimos nuestros números de teléfono,
ese mismo día, todo comenzó a cambiar. Yo hablaba con ella todos los días,
hasta que nos hicimos muy amigas. Hablábamos muy usualmente y bastante tiempo.
Más tarde, comenzamos a escribirnos: “holiii, me aburroo”, la otra contestaba lo
mismo y así acababa todo. Hasta que, al fin, un día decidimos vernos en persona
después de tanto tiempo sin vernos.
En fin, cuando quedamos, las dos llevábamos nuestros móviles
y nos escribíamos a ver donde estábamos y cuando llegábamos, … llegamos allí,
nos vimos y nos dijimos: ”hola”, después nos empezamos a partir de la risa, sin
saber de que hablar, comenzamos a hablar por el móvil estando una en frente de
la otra, hasta que nos fuimos a nuestras casas de nuevo, ni si quiera nos
despedimos en persona, sino por el móvil.
Ese día acabo todo, nos hablábamos como una vez al mes hasta
que nos olvidamos la una de la otra. De hecho, yo me he acordado de ella al
hacer esta disertación, sino seguiría olvidándola.
En conclusión, cuando cogemos el móvil, nos solemos centrar
en jugar, hablar, ver vídeos y pocas cosas más, pero al fin y al cabo da igual
la marca de móvil que tengas, todos son igual de adictivos y tienen las mismas posibilidades
de poner en peligro nuestras relaciones, e incluso nuestras vidas. Eso ya
depende de ti, de tu actitud y de tu decisión.
